Primero eran sólo estas luces, mariposas revoloteando cerquita, a mi lado. Luego un enjambre adelantándose en mi camino. Las seguí ilusionada por su belleza metonímica con las hojas secas. Era el otoño y eran sus alas doradas. Era la ilusión del amor, el corazón latiendo, las luces titilando.
Sin embargo, el Otro dijo: es un desgarro.
2 comentarios:
Qué lindo poema. Lo leí en voz alta. Un abrazo.
Gracias Jorge! También me gusta tu poesía! Por qué nose puede dejar un comentario en tus entradas? Siempre te leo. Besos!
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